Atención a este dato: 1 de cada 5 peques sufrirá abuso sexual antes de la mayoría de edad. Y un porcentaje muy alto ocurre en el entorno familiar, según las expertas en este tema. Precisamente por este motivo, es un tema tabú. Según Carolay Alvarado, experta en prevención y actuación frente al abuso sexual infantil, «huimos de la idea de que nuestros hijos puedan sufrir acoso sexual por parte del entorno cercano».
Para enfrentarlo, el primer paso es asumir que nos puede pasar a todas y todos. El segundo paso es generar confianza con nuestras hijas e hijos para que, si ocurre, no lo mantengan en secreto y puedan contarlo.
Las víctimas lo silencian porque sienten vergüenza y culpabilidad: el abusador les hace creer que, si lo cuentan, la familia se romperá, y que si lo guardan en secreto, permanecerá unida. Es crucial que niños y niñas sepan que estaremos siempre a su lado, pase lo que pase. Hay que empoderarlos y promoverles la capacidad de pedir ayuda.
Si observamos cambios de conducta, debemos contemplar la posibilidad de que puedan estar sufriendo abuso sexual, siempre desde la calma. La educación sexual y emocional es clave. El tercer paso es hablar de esta lacra social, difundir entre los círculos cercanos que estamos trabajando en la prevención del abuso infantil, al mismo tiempo que ponemos en alerta a posibles abusadores.
A partir de la recién aprobada Ley Rhodes, las escuelas, entre otras medidas, deberán incorporar la figura de «coordinador/a de bienestar y protección». Deseamos que sea efectiva, que los centros reciban los recursos necesarios y que las escuelas lo asuman de manera valiente y prioritaria. Las familias también tenemos mucho que hacer. Por el bien de la prole.
Artículo publicado en el Tot Sant Cugat, el 23 de junio de 2020.