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¿Por qué el 8M es el Día de las Mujeres y no de la Mujer?

Sumadiversitat 8m

El Día Internacional de las Mujeres se nombra en plural porque no existe un único modelo de mujer, ni una sola lucha feminista que nos represente a todas. El feminismo interseccional reconoce la diversidad de experiencias, realidades y opresiones que atraviesan a las mujeres en función de su origen, identidad de género, orientación sexual, clase social, discapacidad, entre otros factores.

Hablar en singular, como “Día de la Mujer”, da la sensación de que hay una única causa, una única opresión y una única identidad femenina, cuando en realidad las reivindicaciones del 8M son múltiples y abarcan distintas formas de ser mujer en un mundo desigual.

Hablar en plural no es solo una cuestión de lenguaje, sino una forma de reconocer que las mujeres no son un grupo homogéneo. Es una manera de incluir, visibilizar y hacer justicia a la diversidad de experiencias y luchas feministas. Así que, cada vez que alguien diga “Día de la Mujer”, hay que recordarles: somos muchas y somos diversas.


5 ejemplos de cómo y dónde aplicar el plural «las mujeres» en la práctica


En el lenguaje institucional y mediático

Erradicar expresiones como «el día de la mujer trabajadora» y reemplazarlas por «el día de las mujeres trabajadoras», visibilizando que no todas trabajan en las mismas condiciones ni tienen los mismos derechos.

Evitar mensajes genéricos que hablen de «la mujer» como si fuera una categoría única e inmutable.


En la educación y espacios de formación

Al hablar de historia, incluir a mujeres de distintos contextos y luchas, no solo a las figuras más conocidas. Por ejemplo, no solo Simone de Beauvoir, sino también Angela Davis, Rigoberta Menchú, Audre Lorde o María Elena Moyano.

Usar materiales didácticos que reflejen la diversidad de mujeres en términos de etnicidad, discapacidad, género y sexualidad.


En la política y activismo

Al redactar leyes o políticas públicas, asegurarse de que no se limiten a una visión única de «la mujer» y que contemplen realidades diversas, como las de mujeres indígenas, trans o con discapacidad.

En las movilizaciones del 8M, dar espacio a voces diversas dentro del feminismo, evitando que el protagonismo sea siempre de los mismos grupos.


En la publicidad y comunicación

Diseñar campañas que representen a mujeres diversas, no solo a modelos hegemónicas.

Evitar estereotipos de «la mujer empoderada» como una ejecutiva con tacones y en su lugar mostrar múltiples formas de empoderamiento en distintos sectores.


En el ámbito laboral y empresarial

Las empresas deben diseñar políticas de igualdad que beneficien a todas las mujeres, no solo a las de ciertos perfiles (por ejemplo, garantizando acceso a empleo digno a mujeres en situaciones vulnerables).

Los sindicatos y colectivos laborales pueden promover el plural en sus demandas: “derechos laborales de las mujeres” en vez de «derechos de la mujer trabajadora», para incluir distintas realidades.

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