Empezamos por tres aspectos fundamentales para lograr una enseñanza equitativa real: incorporar la coeducación en el Proyecto Educativo de Centro (PEC), garantizar un lenguaje inclusivo, y adoptar una perspectiva interseccional que visibilice y combata todas las formas de discriminación, incluyendo el racismo, la gordofobia, la LGTBIQ+fobia y el capacitismo.
Transformar el modelo educativo desde una mirada interseccional
Para avanzar hacia una escuela feminista e interseccional, es fundamental:
- Analizar la situación actual del centro en relación con la perspectiva de género y otros ejes de desigualdad (raza, clase, diversidad funcional, corporalidades diversas, orientación sexual, etc.).
- Reflexionar colectivamente sobre cómo implementar la coeducación y la educación antirracista y antiopresiva.
- Institucionalizar las prácticas coeducativas en el PEC para garantizar su continuidad y asegurar que incluyan una mirada interseccional.
El papel del lenguaje en la educación y la comunicación
El lenguaje es una herramienta clave en la transmisión de valores y la construcción de identidades. El lenguaje inclusivo no solo evita la reproducción de estereotipos sexistas, sino que también visibiliza la diversidad de experiencias y contribuciones. Para ello:
- Utiliza expresiones que reflejen la igualdad de género y la diversidad de identidades.
- Modifica hábitos lingüísticos para eliminar términos sexistas, capacitistas, gordófobos y racistas.
- Sé crítica con los medios de comunicación y el material educativo que perpetúa estereotipos de género, raciales o corporales.
- Visibiliza las contribuciones de mujeres, personas racializadas, con diversidad funcional y del colectivo LGTBIQ+.
- Introduce ejemplos de comunicación que vayan más allá del modelo hegemónico masculino, blanco, cisgénero y normativo.
Organización y convivencia en el centro educativo
La estructura organizativa de un centro influye en la convivencia y en las dinámicas de poder. Para garantizar una escuela más equitativa e inclusiva:
- Adopta una estructura organizativa horizontal y participativa.
- Asegura la equidad en la toma de decisiones y en los cargos directivos, incluyendo la representación de personas racializadas, con diversidad funcional y LGTBIQ+.
- Fomenta la educación sexual y afectiva desde una mirada feminista, antirracista y de diversidad corporal y funcional.
- Crea un clima de confianza donde el alumnado pueda expresar sus malestares sin miedo a represalias o discriminación.
- Promueve la escucha activa y asegura la representación de todas las voces en el aula, especialmente aquellas históricamente marginadas.
Relaciones interpersonales y orientación educativa
Las relaciones en la escuela y la orientación profesional del alumnado deben abordarse desde una perspectiva de igualdad y diversidad. Para ello:
- Implementa la educación emocional y afectiva como herramienta contra todas las formas de violencia y discriminación.
- Promueve una orientación académica y profesional libre de estereotipos de género, raza, clase y corporalidad.
- Fomenta modelos de identidad que rompan con los ideales normativos de género, raza y cuerpo.
- Incorpora la educación afectivo-sexual en el currículo desde una perspectiva feminista e interseccional.
- Garantiza que el aula sea un espacio libre de violencias machistas, racistas, LGTBIQ+fóbicas y capacitistas.
- Crea espacios seguros donde todas las personas puedan expresarse sin miedo al rechazo o la discriminación.
Contenidos y materiales curriculares
Los materiales educativos deben revisarse para garantizar que reflejen una visión plural e inclusiva de la sociedad:
- Incluye las contribuciones de mujeres, personas racializadas, con diversidad funcional, cuerpos disidentes y del colectivo LGTBIQ+ en la cultura y el conocimiento.
- Analiza los libros de texto y materiales didácticos para identificar y corregir sesgos sexistas, racistas y gordófobos.
- Muestra referentes diversos que rompan con la norma hegemónica (blanca, cis, delgada, normativa funcional, clase media-alta, heterosexual).
- Cita suficientes mujeres y personas de colectivos históricamente invisibilizados en bibliografías y referencias.
Metodología docente y evaluación
El enfoque pedagógico también debe ser inclusivo y libre de sesgos. Para ello:
- Diseña metodologías participativas que integren la coeducación y la perspectiva interseccional.
- Reflexiona sobre los valores que se transmiten en la práctica docente y cómo estos pueden reproducir desigualdades.
- Evalúa el proceso educativo teniendo en cuenta tanto las tareas productivas como las reproductivas.
- Garantiza la equidad en el reparto de tareas en los trabajos en grupo, prestando atención a los roles de género, raza y clase.
- Conoce quién asume qué tareas en los trabajos colectivos (mujeres, masculinidades no hegemónicas, personas con cuerpos disidentes).
- Introduce mecanismos para reconocer y evaluar todas las formas de aprendizaje, incluyendo saberes no normativos.
Trabajo en común y acciones colectivas
Para fomentar un aprendizaje libre de discriminación:
- Colabora con otros docentes para mejorar la inclusión en el aula y desarrollar protocolos específicos contra la discriminación y la violencia.
- Comparte los diagnósticos obtenidos con el profesorado y diseñar planes de acción concretos.
- Solicita y comparte materiales inclusivos en un repositorio feminista e interseccional.
- Da visibilidad a las acciones feministas, antirracistas y antiopresivas en el centro educativo, tanto en cartelería como en redes sociales.
- Realiza actividades feministas y de justicia social de forma transversal, más allá de fechas específicas como el 8M y el 25N.
Fuente: Adaptado de «La aventura de aprender. Cómo hacer un aula feminista» y «Guía de coeducación para centros educativos: pautas de reflexión y recursos para la elaboración de un proyecto de centro».