Érase una vez La Ventana Indiscreta, de Marina Sáez, un cuento que rompe con estereotipos y roles de género, sin hablar directamente de ellos, sino totalmente incluidos en una historia de lo más “neutral”: una niña, con pierna rota, que observa su vecindario.
Cuando lo leí con mi peque de ocho años, no hizo ni un comentario ni medio de lo que salía en el cuento: la protagonista tiene el pelo corto, diversidad de familias, mujeres sin depilarse, parejas del mismo sexo, una mujer mecánica, etc.
Al acabar, charlamos:
Yo: Qué te ha parecido?, te ha gustado?
Ella: Sí, pero qué rollo está tan quieta con la pierna rota.
Yo: Has visto que salía una mujer mecánica de coches?
Ella: Y?
Yo: mira y Oumar es un hombre que trabaja en una guardería.
Ella: sí, mamá, ya lo he visto.
Y chim pum.
Me gustó la conversación con la hija. Ni le choca, ni le resulta extraño la diversidad de referentes, ni las situaciones que rompen con los estereotipos de género. No lo estaremos haciendo tan mal pues 😉
MTM Editorial: Con una pierna rota no puedes correr, no puedes saltar, no puedes escalar. De tan aburrida que está, a Julia por fin se le ocurre una idea: espiar a todo el mundo con sus prismáticos. Por suerte, el edificio de delante está lleno de vida y el día le pasa volando mientras observa la guardería, la peluquería de Cris, la habitación de Ares y tantas otras ventanas.
Y tú, con qué prismáticos, miras el mundo? La ventana indiscreta quiere romper los prejuicios culturalmente asignados a niños y niñas porque limitan sus posibilidades de desarrollo personal. Al final del libro encontrarás una breve guía de acompañamiento sobre género y sexualidad.
Sí, efectivamente, la guía está super bien para hablar con peques. Conceptos muy adaptados a su “nivel”, explicaciones fáciles y sencillas, sobre sexo, género, identidad de género, división sexual del trabajo, presión estética, división sexual del juego, etc.